El absceso dental, también conocido como flemón dental, es una afección dolorosa que puede afectar tanto a los dientes como a los tejidos circundantes.
Se trata de una acumulación de pus que se forma como resultado de una infección bacteriana en los dientes, las encías o el hueso que rodea los dientes y se caracteriza por dolor intenso, inflamación y sensibilidad en la zona afectada.
Una de las causas de esta afección puede ser una caries no tratada que puede llegar a la pulpa dental, el tejido blando en el interior del diente que contiene nervios y vasos sanguíneos. Las bacterias se multiplican en la pulpa, causando una infección que conduce a la formación de un absceso. A medida que la infección se expande, el cuerpo crea un canal de drenaje para liberar la acumulación de pus y fluidos infectados. Esto se manifiesta como una pequeña protuberancia o absceso en la encía cerca del diente infectado. La fístula dental puede tener una apariencia similar a un grano, con un orificio en la superficie a través del cual se drena el líquido.
La otra causa es la enfermedad periodontal que es una infección bacteriana que afecta las encías y los tejidos que rodean los dientes. Si no se trata, puede provocar la formación de bolsas periodontales, permitiendo que las bacterias ingresen y causen un absceso dental.
El tratamiento de un flemón, ya sea causado por una caries profunda o por enfermedad periodontal, incluye el uso de antibióticos y analgésicos, pero también la eliminación de la causa subyacente. En casos de caries profunda, la endodoncia es esencial para salvar el diente y prevenir futuras infecciones, mientras que el tratamiento de la enfermedad periodontal se centra en el manejo y control de la infección periodontal.
Desde la Clínica Dental del Dr. Víctor Alonso de la Peña, nos recuerdan que la prevención y el cuidado dental regular son fundamentales para evitar la aparición de abscesos dentales y otras complicaciones bucales.